Uno de los aliados en el 2016 fue la Universidad de Cundinamarca, más específicamente la Facultad de Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales. En un acuerdo con la misma, se dio paso a que los estudiantes de la Facultad, pudieran desarrollar prácticas comunitarias en escuelas veredales, entre ellas la escuela del Molino, vereda cercana a Gúchipas.
Esta experiencia fue gratificante para los practicantes, quienes aferraron aún más su vocación pedagógica y contribuyeron de manera didáctica y alternativa a la educación de los pequeños. El refuerzo educativo con enfoque ambiental fue su labor. Estas prácticas fueron motivadas por la necesidad evidente de integrar el campo con la ciudad, de sacar de la realidad teórica de los claustros educativos a quienes tendrán la obligación d educar a las futuras generaciones, para que entendiesen la complejidad y la necesidad de nuevos métodos de educación, que replicara mucho más la información y que fuese más consecuente con el cuidado del territorio.
Abril de 2016.