La Casa Cultural ha servido también para el desenlace de espacios de educación formal. Se han desarrollado cursos de sistemas hacia la población por parte del Servicio Nacional de Aprendizaje. Nuestros recursos y nuestros espacios son limitados, son ilimitadas nuestras ganas de generar un cambio social que mejore las condiciones de los habitantes de Gúchipas, sus veredas aledañas y todos aquellos que quieren hacer parte de los procesos de la Casa Cultural para mejorar su calidad de vida y tener oportunidades más justas.
Como una venganza frente al tiempo que ha relegado a la ruralidad a las pocas oportunidades y a difícil acceso a las tecnologías, derecho de los citadinos y privilegio para los del campo. La igualdad es un derecho.
Junio del 2016.
Redacción: Hamilton Galvis Mora