El año que pasó fue un buen resultado del trabajo en equipo. Fue así como nos encontramos por el camino a hormiguitas que al igual que nosotros, trabajan día a día. Rotary Fusagasugá, fue uno de esos aliados que nos ayudó el anterior año para conseguir nuestros objetivos.
Primero, organizamos una minga en la Casa Cultural, conocieron nuestro trabajo y el epicentro de todas nuestras labores. Embellecimos un poco más la Casa Cultural de Gúchipas.
Luego de ello y por una conjunta conspiración, desarrollamos una jornada de reforestación en el Cerro Fusacatán, ubicado en el municipio de Fusagasugá. A este evento asistieron alrededor de 100 personas, entre voluntarios, empresas y entidades públicas.
Tuvimos que desarrollar un recorrido de más o menos 6 km de distancia en subida para llegar al punto a reforestar. Sembramos casi 300 árboles nativos, entre los que se encuentra el Chicalá, Madre de agua, Ocobo, Mortiño y Mataratón.
También se sembró sauce llorón que no es un árbol nativo, pero que es beneficioso para el ecosistema de bosque de niebla, el cual fue el que se reforestó. Fue una jornada de un día, dura jornada, provechosa jornada.
Por último en los trabajos realizados con Rotaract Fusagasugá, fue el dictar un taller en el sector de Chinauta, municipio de Fusagasugá. En un evento realizado por Rotaract Fggá, convocando a los rotaract de parte del centro del país, desarrollamos un taller de meditación y concienciación sobre el respeto y cuidado a la madre tierra, indagando por los daños que a diario sometemos a la naturaleza y el por qué debemos cambiarlos. Todos resultamos con una actitud recargada y reconciliadora de respeto a la pacha mama.
Redacción: Hamilton Galvis Mora
Archivo fotográfico Fundación Gusta Gúchipas ONG.